Los anteojos para sol no son un simple complemento: tienen un papel fundamental en nuestra salud visual. Así como cuidamos nuestra piel de los rayos UV, debemos cuidar nuestros ojos, protegiéndonos de la radiación solar y previniendo daños en la vista.
Pero, ¿podemos usar cualquier anteojo para sol? El Colegio de Ópticos de la Provincia de Buenos Aires enfatiza la importancia del asesoramiento profesional a la hora de elegirlo.
Cómo seleccionar un anteojo para sol
Cada persona tiene una sensibilidad distinta a la luz, por lo que el tipo de lente debe ser personalizado. La clave para escoger un anteojo para sol reside en la categoría del filtro solar, ya que una lente oscura no garantiza un mayor grado de protección frente a la radiación UV. Las características de las distintas categorías son las siguientes:
Un profesional óptico puede indicar el color de las lentes en función de las necesidades de cada usuario:
- El verde permite una percepción de colores con muy pocas alteraciones. Reduce la luz visible sin interferir en la claridad de la visión. Es recomendable para deportes náuticos e hipermetropía.
- El marrón aumenta el contraste y la profundidad de campo. Este color es el indicado para los deportes al aire libre y las personas miopes.
- El gris transmite uniformemente la luz a través del espectro y respeta mejor los colores naturales, por lo que es una buena elección para la conducción.
- El amarillo no es recomendable para conducir en días soleados, ya que puede provocar errores en la percepción de las luces de los semáforos. Sin embargo, mejora el contraste en días nubosos, brumosos y con niebla.
- El naranja es el color más adecuado en condiciones de baja luminosidad, como la conducción nocturna o con niebla, ya que aumenta los niveles de contraste, pero no es apto para el uso solar.
Los factores que influyen la radiación solar son:
- La altitud: cuanto mayor es, menos atmósfera hay para protegernos. Cada 1000 metros de altura se recibe 10 % más de radiación solar.
- La latitud: cuanto más cerca del ecuador se encuentra una persona, mayor es el peligro
- La estación del año y la latitud: aunque durante los meses de verano la radiación es sensiblemente más fuerte, el adelgazamiento de la capa de ozono hace que en el hemisferio sur el índice de radiación ultravioleta sea especialmente alto desde septiembre hasta marzo. Aun así, no hay que descuidarse en ninguna época del año. Así como cuidamos nuestra piel con filtros solares, debemos cuidar nuestros ojos.
- La hora del día: Entre las 12 y las 16 hs se concentra la máxima radiación.
- La nubosidad: Las nubes no nos protegen, porque dejan pasar el noventa por ciento de la radiación ultravioleta
- La edad: Hay que tener especial cuidado con los niños, cuyos ojos son particularmente vulnerables al sol.
Los anteojos para sol deben adaptarse a distintas necesidades de protección ocular. Por eso resulta imprescindible el asesoramiento de un óptico, profesional de la salud ocular, que nos ayudará a escoger el tipo de anteojos para sol más adecuado en función de nuestras actividades cotidianas y aficiones.
Desde el Colegio de Ópticos de la Provincia de Buenos Aires recomiendan adquirir sus anteojos para sol sólo en centros ópticos atendidos por profesionales capacitados para aconsejar acerca del filtro adecuado para su protección.