Un eclipse solar ocurre cuando la luna pasa entre la Tierra y el sol, oscureciendo total o parcialmente la imagen de este último para un espectador en la Tierra.
Siempre los eclipses generan curiosidad, por eso es importante tener en cuenta algunos factores para proteger nuestra vista al momento de observarlo:
- Jamás debe observarse el eclipse de manera directa a ojo desnudo
- Debe utilizarse una gafa protectora con filtros especiales homologados
- No debe observarse el eclipse por períodos prolongados de tiempo.
Dichos consejos se encuentran orientados a prevenir lesiones oculares permanentes, ya que cuando estamos viendo el eclipse lo que en realidad hacemos es mirar el sol directamente hasta que éste se oculta por la luna. Ver el eclipse en sí no es el problema, el inconveniente real es mirar directamente al sol. Éste es fuente de calor por excelencia (emite radiaciones infrarrojas) y nuestros ojos están compuestos por una serie de lentes de gran potencia (la córnea y el cristalino), combinar calor con lentes es lo que resulta peligroso. En nuestros ojos, al estar expuestos al sol de manera directa, se genera el mismo efecto que podemos observar en una lupa, se magnifica el calor por el poder concentrador focal de sus lentes y así un rayo de luz solar puede provocar quemaduras en la superficie retinal. Estas lesiones son de carácter irreversible y provocan pérdida de visión en la zona afectada.
Las lentes solares homologadas (que solo pueden adquirirse en ópticas habilitadas) deben mantenerse puestas durante la totalidad de la observación del fenómeno, ya que los filtros que poseen no sólo reducen la luz solar a niveles seguros para evitar quemaduras oculares, sino que también bloquean la radiación solar ultravioleta que es dañina para el ojo humano. Es decir que no cualquier objeto translúcido oscuro nos mantiene a salvo. Por ejemplo, se ha escuchado que puede observarse el eclipse a través de una placa radiográfica, pero esto es falso, dicha placa no posee los filtros para las radiaciones no visibles que anteriormente mencionábamos, al igual que ocurre con las gafas de sol que se consiguen fuera de las ópticas habilitadas. Las radiaciones ultravioletas aceleran el envejecimiento ocular, provocando daños a nivel del cristalino y la retina (cataratas a temprana edad y degeneraciones maculares). Siempre insistimos con el uso de gafas solares durante todo el año ya que estas radiaciones son emitidas por el sol todos los días y de manera más intensa en el verano y son los únicos instrumentos que pueden prevenirnos de los daños que ellas ocasionan.
Es muy importante recordar que a pesar de contar con la protección adecuada los períodos de observación deben ser muy cortos, no más de 30 segundos. Y en caso de que querer observar por más tiempo y con más detalle, hay que tener en cuenta que hoy en día existen infinitas posibilidades para observarlo y en muy buena definición de manera Online.
Por más de que observar un eclipse pueda resultar muy atractivo debemos siempre tener como prioridad cuidar nuestros ojos, ya que a través de ellos recibimos el 80% de la información que ingresa a nuestro cuerpo y hasta el momento son irreemplazables.
Lic. Rocío Roca – MP 3188