Colegio de Ópticos de la Provincia de Buenos Aires – COPBA

El tabaquismo y La visión

El tabaquismo es una enfermedad adictiva que produce la nicotina, es la causa principal de mortalidad prematura y evitable.

Se estima que son más de 600 los aditivos que contiene el cigarrillo. Al fumar, se genera un proceso de combustión incompleta con temperaturas que llegan a los 1000 ºC, y que transforman los componentes originales de la planta. Se estima que el humo de tabaco contiene unos 7.000 componentes, de los cuales casi 70 son sustancias que producen cáncer (por ejemplo: arsénico, benceno, berilio (un metal tóxico), 1,3-butadieno (un gas peligroso), cadmio (un metal tóxico), cromo (un elemento metálico), óxido de etileno, níquel (un elemento metálico), polonio-210 (un elemento químico radiactivo) o cloruro de vinilo) y otros pueden ser tóxicos para el cuerpo humano.  

Las manifestaciones clínicas son: trastornos cardiovasculares, respiratorios y aparición de tumores en diversas localizaciones, así como también el fumador puede tener problemas visuales graves que podrían causar ceguera. 

Las mayores amenazas a nivel ocular son: 

Degeneración macular: 

También llamada DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad) es una enfermedad degenerativa que afecta a la mácula y por lo tanto causa la pérdida gradual de la visión central y de detalle. El tabaquismo multiplica por 5 las posibilidades de padecerla.

Existen dos tipos de DMAE:

Seca o atrófica: es el resultado de la acumulación de desechos, lo que atrofia la zona macular. De evolución lenta y progresiva, es la de peor pronóstico.

Húmeda o exudativa: Crece una membrana vascular bajo la retina, debido a la aparición de nuevos vasos sanguíneos anómalos y muy frágiles que sangran comprometiendo severamente la visión. Hoy en día existe una forma de detener el avance en un 90 % de los casos, pero para ello es necesario la detección temprana, debido a que las células afectadas no pueden regenerarse, por lo que no es posible revertir el daño.

Cataratas: 

El cristalino (lente natural del ojo que ayuda a que los rayos que ingresan se enfoquen en la retina), se opacifica. Las cataratas pueden ser centrales o periféricas y tienen variados periodos de maduración. Algunos de los síntomas más comunes son: visión borrosa, visión doble, hipersensibilidad a la luz, dificultad para ver en la noche y ver los colores brillantes atenuados o amarillentos (es más difícil que los pacientes se den cuenta de esta diferencia, en general notan ese cambio cuando son operados y vuelven a ver los colores, esto se debe a que como el avance de la catarata es gradual no notan ese cambio brusco). La única manera de revertir esta situación es operando, reemplazando al cristalino por una lente intraocular. El riesgo de cataratas es un 40-60% mayor en los fumadores de más de un paquete por día que en los no fumadores y sucede por dos mecanismos; por la irritación directa de los ojos y la liberación en los pulmones de sustancias químicas que llegan a los ojos a través de la sangre.

El efecto de envejecimiento que ejerce el tabaquismo en el organismo es lo que hace empeorar estas enfermedades que, principalmente, son atribuibles a la edad. La persona fumadora está acelerando su envejecimiento.

 

Lic. Analia Bigatti

MP 3138